Los transportadores helicoidales se basan en el principio del tornillo de Arquímedes y son adecuados para el transporte horizontal, vertical o inclinado del material. Su uso es razonable para longitudes de transporte relativamente cortas, ya que debido al rozamiento en la artesa del tornillo por causas constructivas, la potencia necesaria es considerablemente superior que la de una cinta transportadora o un elevador de cangilones.